Sigo con mi aventura culinaria en tierras niponas para enseñaros esta receta no muy invernal. Pero seamos sinceros: un buen helado viene bien en cualquier época del año. Si sois amantes del helado , no os podéis perder esta receta de tempura de helado que os traigo.
Por ejemplo, creo que puede ser una buena opción para Nochebuena . En compañía de nuestra familia, con la chimenea al lado, cantando villancicos… ¡ y acompañados de un helado!
Para esta receta necesitamos
Una bola de helado (vale cualquiera pero ya que estamos en Navidad… ¿por qué no probáis la de turrón ?)
Dos rebanadas de pan de molde
Un huevo tamaño XL
500 ml. de nata líquida
Una taza de harina de trigo
Una taza de leche
Un chorrito de aceite de girasol (muy poco)
Preparación paso a paso
En un bol grande, romped el huevo con cuidado de que no caiga cáscara. Batid con las varillas, echad la harina y la leche. Lo mejor es que vayáis añadiendo poco a poco los ingredientes para que se mezcle todo bien. La masa tiene que resultar uniforme y espesa, sin grumos.
Quitad la corteza al pan de molde y amasad las dos rebanadas con las manos hasta que estén más o menos duras.
Con una cuchara, o mejor, con un funderelele (la cuchara que se usa para sacar helado y que tienen todas las heladerías ), coged el helado (que esté recién sacado del congelador, así evitaréis que se rompa o se disuelva demasiado pronto). Haced una bola grandecita, ponedla encima de una de las rebanadas de pan y envolved el helado con ellas sin que quede ningún hueco. Si necesitáis más rebanadas, usad todo el pan que sea necesario porque el objetivo es que quede cerrado pero sin que la bola se rompa.
Poned el aceite a calentar a fuego lento y apagadlo cuando veáis que empieza a humear.
Ahora echad encima del pan el preparado de harina, huevo y leche (aseguraos de que quede bien impregnado con la mezcla, pero tampoco de forma exagerada).
Una vez hayáis terminado y con el aceite bien caliente, echad la bola de helado y pan en la sartén y ponedlo a fuego medio. Movedla por la sartén para que se impregne bien. Hacedlo despacio, con una espátula.
Cuando la bola esté doradita, retiradla del fuego y ponedla sobre un plato con papel de cocina, así chupará el exceso de aceite.
Por último, colocadla en un plato o fuente donde vayáis a servirla y metedla al frigorífico mientras preparáis el resto de bolas.
Servidlas acompañadas de alguna mermelada, nata o chocolate líquido. ¡Estará absolutamente delicioso!
Duración de la receta : 15 minutos por bola
Número de comensales : 4
Dificultad : 5 de 10